Historias de Beldar: Cruce de caminos Capítulo I parte II

 Un regalo inesperado

Eölyn observaba a su padre con una mezcla de emoción y tristeza. La pequeña niña que él recordaba se había convertido en una hermosa mujer, heredando la belleza y la inteligencia de su madre. Su largo cabello rubio enmarcaba un rostro angelical, adornado por sus ojos azules como el mar. Su figura esbelta y elegante irradiaba una fuerza interior que contrastaba con su juventud.

La despedida

Con voz temblorosa, Eölyn se despidió de su padre: "Bueno padre, ya tengo todo lo necesario para el viaje". Su padre, con el corazón henchido de orgullo y nostalgia, le respondió: "Supongo que sí. Antes de que te marches, quiero darte un recuerdo".

De su bolsillo, sacó una pequeña figura que representaba a una mujer. Estaba hecha de un material desconocido, con una luz verde tenue emanando de su centro. La figura colgaba de un collar de aspecto peculiar.

"Está hecho del meteorito que cayó el día de tu nacimiento", le explicó su padre. "Para que recuerdes ese día y me recuerdes a mí".

Eölyn tomó el collar con reverencia. "No me hace falta ninguna cosa para recordarte", dijo con lágrimas en los ojos. "Siempre lo haré, y haré que estés muy orgullosa de mí".

Se acercó a su padre y lo abrazó con fuerza. Un beso en la mejilla y un último adiós susurrado al viento, y Eölyn se alejó por el camino hacia su destino. Un leve susurro la acompañó: "Ya lo estoy hija mía, ya lo estoy".

Un viaje mágico

Cuando se alejó lo suficiente, Eölyn tomó el amuleto en su mano, concentró su energía y una aura dorada la envolvió. En un instante, desapareció.

Como en otras ocasiones, la sensación de náuseas la invadió. Viajar grandes distancias de un solo salto no era recomendable con el estómago lleno, y menos aún sin ropa de recambio. Eölyn se reprendió por su imprudencia, pero también se sintió orgullosa de su osadía. Era esa búsqueda constante de los límites lo que la había llevado tan lejos en su aprendizaje mágico.

Un nuevo comienzo

Eölyn aterrizó en un lugar desconocido, rodeada de un bosque frondoso y un silencio sepulcral. Un cosquilleo de emoción recorrió su cuerpo. La Torre de los Grandes Magos la esperaba, llena de misterios y desafíos que pondrían a prueba su talento y su determinación.

Con paso firme y decidido, Eölyn se adentró en el bosque, lista para enfrentar su destino y descubrir el verdadero potencial que albergaba en su interior. La aventura apenas comenzaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario