Sombrix, la
Sombra Esquiva, surge de las penumbras más profundas, naciendo en las zonas
oscuras y ocultas de los bosques de Umbraria. Su origen está vinculado a la
danza sutil de las sombras y al misterio que envuelve la oscuridad de la noche.
La leyenda cuenta que cuando la luna brilla con un resplandor especial, Sombrix
despierta de su sueño ancestral.
Desde el momento
de su nacimiento, Sombrix se manifiesta con una capa de escamas oscuras que
reflejan la luz lunar de manera única. A medida que crece, su figura se vuelve
más elusiva, desplazándose entre los bosques sin dejar rastro. Los elfos
oscuros, que veneran la sombra y la astucia, lo consideran un ser divino, un
guardián de los secretos nocturnos.
Sombrix se
convierte en un maestro de la invisibilidad y la furtividad. Puede moverse
entre las sombras con una gracia sin igual, y sus escamas absorben la luz,
haciéndolo prácticamente invisible en la oscuridad de la noche. Los elfos
oscuros confían en Sombrix como su protector en la oscuridad, creyendo que su
presencia es un augurio de buenos tiempos en los tiempos de guerra y conflicto.
Se dice que
Sombrix tiene la capacidad de prever eventos futuros y advertir a los elfos
oscuros de peligros inminentes. Su sabiduría, aunque enigmática, se considera
invaluable para la supervivencia de la comunidad. Los elfos oscuros realizan
rituales de adoración en los bosques sombríos, ofreciendo obsequios y rezos a
Sombrix para ganarse su favor.
La guarida de
Sombrix se encuentra en una parte remota y misteriosa del bosque, donde las
sombras son más densas. Los elfos oscuros que buscan su consejo deben
aventurarse en este lugar sagrado, mostrando respeto y humildad ante el
guardián de las sombras. Los relatos y canciones élficas narran las hazañas y
proezas de Sombrix, tejiendo su legado en la trama misma de Umbraria.
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