Capitulo III. “Llegada a Haiengen”.
Él bebe perdido
Despertando en la tranquilidad de la primera noche en los muelles, los personajes se encuentran con una escena inesperada junto a Alma: un niño pequeño, envuelto con sumo cuidado en una manta adornada con un escudo familiar bordado en hilos dorados. La atmósfera nocturna se vuelve más misteriosa con la presencia del infante, quien duerme plácidamente, ajeno al revuelo que ha causado su repentina aparición en el campamento de los aventureros. La luz de la luna, filtrándose entre las sombras, revela la delicada silueta del niño y los detalles finamente trabajados de la manta, creando un aura de misterio alrededor del origen del pequeño y el motivo de su presencia en ese lugar a esa hora de la noche. Los personajes se ven enfrentados a un enigma intrigante, despertando su curiosidad y despertando en ellos la necesidad de descubrir la verdad detrás de este inesperado regalo en medio de la oscuridad.
Mientras el bebé comienza a
llorar desesperadamente, evidenciando su necesidad de alimento, los personajes
se encuentran con una vaca cercana. La primera idea es ordeñarla para proporcionarle leche al pequeño, pero el minotauro Argon interviene con sabiduría.
Reconociendo la necesidad de un cuidado específico para un recién nacido
humano, busca entre los lugareños a una madre lactante para el bebé.
Entre la multitud del pueblo, encuentra a una mujer de nombre Elara, cuya mirada maternal denota compasión y bondad. Argon, con respeto y convicción, le explica la situación y la urgencia por encontrar una madre que pueda amamantar al bebé. Para persuadirla, ofrecen una moneda de oro, un precio justo por su ayuda en este momento crucial.
Elara, conmovida por la situación del bebé y aceptando la propuesta, accede a acompañar al grupo durante todo el día, comprometiéndose a brindar alimento al pequeño en momentos de necesidad. Su voluntad de ayudar y su generosidad se convierten en un vínculo esencial para el bienestar del bebé, proporcionando cuidado y nutrición con amor maternal durante la jornada de búsqueda de la familia perdida.
En el fragor del combate, Ardor, con su agilidad característica, realiza un espectacular salto sobre Dhulk. En un movimiento coordinado, se lanza hacia dos enemigos que se aproximaban a Dhulk, aterrizando con precisión y llevándolos al suelo en una maniobra sorprendente. Con destreza y habilidad, logran neutralizar a los oponentes con una combinación letal de movimientos sincronizados, permitiendo que uno de ellos quede con vida.
El hombre restante, superado por la astucia y destreza de los personajes, se rinde ante su derrota inminente. En un intento por salvarse, revela los planes urdidos por la Sombra Escarlata, detallando información valiosa sobre sus operaciones y motivaciones ocultas.
Una vez la batalla ha concluido y la amenaza ha sido neutralizada, los personajes cumplen
su objetivo principal entregando al bebé a la familia Varion. Como muestra de gratitud por su valiente acción, la familia les ofrece un gesto generoso: les garantiza comida y hospedaje de por vida en la ciudad. Además, en reconocimiento a su heroísmo, cada personaje recibe un objeto de gran valor que
pueden adquirir en la ciudad y una bolsa repleta con 1000 monedas de oro.
Aprovechando esta oportunidad, los personajes deciden invertir en mejorar su equipamiento,
buscando artículos más poderosos y útiles para enfrentar los desafíos futuros que puedan surgir en su camino. Con esta recompensa y el sentimiento de haber hecho lo correcto, se preparan para el siguiente capítulo de su aventura.
Mientras se encontraban en una de las estancias de la Casa Varion, el noble les muestra un pergamino de valor incalculable: el pergamino de la resurrección. Este documento detalla un ritual mágico de una complejidad sin igual, reconocido por su extraordinaria dificultad, tanto que su ejecución requiere la intervención de un mago excepcional o un grupo de expertos en el arte arcana.
El ritual, conocido por demandar un poder astronómico, precisa de la impresionante suma de 1000 puntos de poder. Si en algún momento durante su ejecución no se satisface esta insaciable demanda de energía mágica, los magos que participan en el ritual son consumidos por las fuerzas místicas que lo gobiernan. Además, la ejecución de este complejo proceso debe llevarse a cabo dentro de un intervalo de tiempo crucial: únicamente 24 horas después del fallecimiento del individuo, momento en que su alma se disipa del plano terrenal.
La potencia y el alcance de este ritual son extraordinarios, ya que tiene la capacidad de traer de vuelta a la vida a un individuo previamente fallecido, siempre y cuando se logre completar con éxito dentro del estricto plazo establecido de 24 horas desde su deceso.
Gracias a la asombrosa capacidad de memoria de Azael, logra recrear una imagen increíblemente detallada del ritual, permitiéndole comprender cada uno de sus aspectos con precisión para así llevar a cabo el procedimiento por sí mismo.
Con la entrega del bebe a su familia he conseguido evitar el complot para desacreditar a la Casa de Varion.
El maquiavélico complot contra Casa
Varion se desarrollaba en torno al bebé abandonado que, en realidad, es el
legítimo heredero de la casa. Un grupo rival, conocido como "La Sombra
Escarlata", compuesto por nobles desleales y magos oscuros, anhela el
poder absoluto en la ciudad y ha urdido un plan siniestro para desacreditar a Casa
Varion.
El bebé, destinado a ser el legítimo heredero, se encuentra en peligro mortal debido a los nefastos designios de La Sombra Escarlata. Un intento de asesinato hacia el infante es frustrado por la valiente intervención de la madre, quien, consciente de que no puede protegerlo por mucho tiempo, toma la desgarradora decisión de abandonarlo en la tienda de campaña de Alma. Este acto desesperado es su último recurso para mantener a salvo al bebé antes de que los malévolos conspiradores logren su macabro cometido.
La Sombra Escarlata, hábil en su manipulación y maestría en la difusión de rumores, inicia una campaña infame para mancillar el honor de House Varion. Difunden con premeditación la falsa creencia de que la Casa Varion ha dado a luz a un hijo bastardo y lo ha desechado, sembrando el descrédito y la deshonra sobre el noble linaje. Estos rumores, como pólvora encendida, se propagan por la ciudad, arrojando a House Varion a un abismo de deshonra y enfrentándolos a la resistencia y desconfianza de otras casas nobles. Esta difamación urdida astutamente impide que House Varion pueda buscar públicamente a su hijo perdido, siendo este un obstáculo adicional en su angustiosa búsqueda.
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