Campaña "El despertar de los Dragones" Capítulo I parte 3

Capítulo I "El principio"

La boda

Al entrar en el templo a Unlüe, dios de la naturaleza, te recibe un aire fresco y perfumado, como si estuvieras caminando por un bosque frondoso. A medida que avanzas, tus ojos se dirigen hacia el fondo del templo, donde se encuentra la estatua del dios Unlüe, tallada en madera y cubierta de hojas y ramas.

La estatua de Unlüe es imponente, con una altura de más de tres metros, y su rostro está tallado con una expresión de calma y serenidad, como si pudiera ver todo lo que sucede a su alrededor. A sus pies, hay un altar hecho de piedra y madera, cubierto de ofrendas de flores y frutas, que los devotos han dejado en honor al dios.

En el centro del templo, hay una alfombra verde que cruza todo el espacio, como si fuera un camino que te lleva hacia la estatua de Unlüe. La alfombra está hecha de hierba fresca y suave, como si estuvieras caminando sobre una pradera en pleno verano. El verde brillante de la alfombra contrasta con el color marrón oscuro del suelo de piedra y le da un aire natural y acogedor al templo.

La luz que entra por las ventanas del templo es suave y tenue, como si fuera la luz del sol filtrándose a través de las hojas de los árboles. En las paredes, hay pinturas que representan paisajes naturales, animales y plantas, todo en armonía y equilibrio. Te sientes como si estuvieras en el corazón de la naturaleza, rodeado de su belleza y su energía vital.

En el templo a Unlüe el dios de la naturaleza, ubicado en el distrito de Hidden Crossing, se va a celebrar una boda. La familia de granjeros Green, dicen que no se puede celebrar ya que la novia se había comprometido con un primo de la familia Brown y eso es un agravio para la familia.

Edgar, acompañado por sus alborotados primos y en un estado de embriaguez que oscilaba entre lo medio y completamente borracho, irrumpió en la boda con una actitud desafiante y descontrolada. La celebración se vio interrumpida por la imprudente aparición de los primos, quienes no tardaron en confrontar a nuestros aventureros en medio de la festividad.

Sin embargo, mientras los primos de Edgar desataban su alboroto, algo extraño comenzó a suceder. Edgar, el causante de la perturbación, fijó su mirada en Alma, la druida elfa que desprendía una belleza y gracia naturales. Sus sentimientos hacia Isabeau, su prometida, parecieron desvanecerse en el aire, reemplazados por una atracción irresistible hacia Alma.

La presencia del demonio, siempre alerta y protector, percibió el cambio en los sentimientos de Edgar. Utilizando su habilidad mágica, lanzó un encantamiento que se materializó en forma de un resfriado, afectando a Edgar y haciéndole sentir los síntomas con gran intensidad. La fiebre y la congestión fueron suficientes para obligar a los primos de Edgar a retirarse de la boda y llevarlo a un curandero en busca de alivio.



Mientras tanto, la boda continuó en un tono festivo y animado. Weedman, siempre dispuesto a agregar diversión a la ocasión, propuso un desafío de bebida a sus compañeros de aventuras. Tanto Gandar como Alma, tal vez influenciados por el espíritu de la celebración, aceptaron el reto y se entregaron al placer de la bebida. Con el pasar de las horas, la risa y los brindis llenaron el aire mientras los dos amigos compartían sus historias y anécdotas en medio de su creciente estado de embriaguez.

La siguiente mañana, cuando la luz del sol disipó la niebla de la noche anterior, una sorpresa inesperada aguardaba a nuestros aventureros. Alma apareció con un caballo magnífico, cuyas alforjas rebosaban con un tesoro brillante: 12 lingotes de oro, cada uno con un valor de 100 monedas de oro. El sello en los lingotes coincidía misteriosamente con el sello de la casa noble de Freyshell, una casa de renombre en la región.

Los recuerdos de cómo Alma adquirieron el caballo y los lingotes eran confusos y fragmentados. Ella no estaba segura de cómo terminaron en su posesión, como si la noche anterior se hubiera evaporado en la neblina de la embriaguez. Por su parte, Gandar tenía un vago recuerdo de haber ayudado a un ladrón buscado por la guardia del pueblo a escapar en medio de la confusión de la celebración.

El misterio y la intriga rodeaban los acontecimientos de la boda, dejando a nuestros aventureros con más preguntas que respuestas. La aparición del caballo y el oro parecía ser un regalo de los hilos del destino, tejidos de manera enigmática en la celebración tumultuosa. Con la resaca y el desconcierto de la noche anterior todavía presente, nuestros aventureros se encontraron en una encrucijada, listos para desentrañar los misterios que los rodeaban y seguir adelante con valentía y curiosidad en su búsqueda de aventuras.

Weedman ha compuesto una canción con el nombre de la gran borrachera

Después de pasar la borrachera decidieron ir a la misión de las ruinas de Adler.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario