Azael Alhazrel de Enxaguar
Desde el
recuerdo más antiguo de Azael, siempre había existido en un mundo de oscuridad
y misterio. Sus primeras memorias se centraban en el encuentro con Alma
Enxaugar en el bosque, una presencia brillante y llena de vida que lo dejó
perplejo. No recordaba nada antes de ese momento, ni quién lo convirtió en un
demonio ni qué demonio hizo un pacto con él. Su existencia parecía haber
comenzado junto con la aparición de Alma en su vida.
Azael se encontraba desconcertado por la conexión que sentía con el joven druida. Era como si esa unión hubiera sido impuesta sobre él, algo que escapaba a su comprensión. A medida que Alma aprendía sobre las artes druídicas, Azael también sentía una atracción inexplicable hacia la naturaleza y el equilibrio que la joven elfa defendía con tanto fervor. Pero Azael busco el equilibrio en la nigromancia.
A pesar de
estar vinculado a Alma, Azael también se sentía profundamente solo. No tenía
recuerdos de una vida antes de conocer al druida y no sabía cómo había llegado
a ser un demonio en primer lugar. Se cuestionaba constantemente su existencia y
buscaba respuestas en los rincones más oscuros de su mente, pero todo lo que
encontraba era el vacío del olvido.
Azael
anhelaba descubrir su verdadero origen y cómo había llegado a formar parte de
la vida de Alma. La presencia del joven druida lo atraía de manera magnética,
pero también lo dejaba con una sensación de desconcierto y una falta de control
sobre su propia existencia. Se preguntaba si su conexión con Alma había sido
impuesta por fuerzas mayores, si había sido convertido en un demonio para
cumplir algún propósito desconocido.
A medida
que pasaba el tiempo, Azael se convertía en un protector silencioso de Alma.
Observaba desde las sombras, sin intervenir directamente, pero siempre alerta y
listo para actuar en caso de que el joven druida lo necesitara. Azael sentía una
mezcla de fascinación y desconcierto ante la naturaleza de su relación con
Alma. Siempre se preguntaba por qué estaba destinado a estar cerca de él y si
alguna vez descubriría la verdad detrás de su existencia y su conexión
impuesta.
Azael se
había convertido en una presencia constante en la vida de Alma, a pesar de que
este último no tenía conocimiento de los misterios que rodeaban al demonio. El
demonio a menudo se debatía entre su lealtad hacia Alma y su anhelo de
encontrar respuestas sobre su propia identidad perdida. No podía evitar
sentirse atrapado entre dos mundos, el del druida y el del demonio, sin
entender completamente su papel en ninguno de ellos.
Aunque no
recordaba su pasado ni cómo había llegado a ser un demonio, Azael estaba
decidido a encontrar la verdad detrás de su existencia y el propósito de su
conexión con Alma. Su viaje interno lo llevaba a enfrentar desafíos oscuros y
peligrosos, y aunque a veces se sentía perdido y confundido, también sentía una
fuerza dentro de él que lo impulsaba a seguir adelante.
En medio
de la oscuridad y el olvido, Azael encontraba una chispa de esperanza, una
esperanza de que algún día descubriría la verdad sobre su origen y su conexión
con Alma. Con cada paso en su búsqueda de respuestas, se acercaba a desentrañar
los misterios de su pasado perdido y, tal vez, encontrar un sentido renovado de
propósito en la vida que había comenzado junto con la aparición de Alma
Enxaugar en el bosque.
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