Dragones menores de Beldar: Dracaris, el Dragón de las Llamas Danzantes.

 

Dracaris, el Dragón de las Llamas Danzantes.



Dracaris, el Dragón de las Llamas Danzantes, es una criatura majestuosa nacida de las ardientes profundidades del volcán Ebonfire en la Cordillera del Fuego Ardiente. Su esencia ardiente se mezcla con la misma esencia del magma, y su nacimiento fue acompañado por el rugido de las llamas que iluminaban la oscuridad.

La leyenda cuenta que cuando los dragones mayores se unieron para proteger Beldar de las fuerzas oscuras, las chispas de sus llamas mágicas se dispersaron por la tierra. Estas chispas, imbuidas con la energía primigenia de los elementos, dieron origen a los dragones menores, y así surgió Dracaris.

Desde el momento de su nacimiento, Dracaris demostró ser un dragón de naturaleza curiosa y juguetona. Sus escamas reflejan los tonos vibrantes del fuego, desde el naranja intenso hasta el rojo carmesí. Su aliento es una tormenta de llamas danzantes, capaces de modelar la roca y fundir el metal.

Dracaris pasó sus primeros años explorando los recovecos más profundos de la Cordillera del Fuego Ardiente, descubriendo secretos ocultos entre las llamas. Se convirtió en el guardián de los tesoros mágicos que yacen en las entrañas de las montañas, protegiéndolos con celo.

Aunque es un dragón amante de la diversión, Dracaris también lleva consigo la responsabilidad de preservar el equilibrio de los elementos. Su aliento, que puede calentar hasta las forjas más frías, también puede usarse para fertilizar la tierra, asegurando el florecimiento de la vida en las áreas circundantes.

Se dice que Dracaris tiene la capacidad de comunicarse con las llamas, entendiendo sus mensajes y prediciendo eventos futuros. Los sabios y magos de Beldar a menudo buscan su consejo, y la presencia de Dracaris en un lugar a menudo augura un cambio significativo en la naturaleza del entorno.

Aunque es un dragón menor en comparación con los grandes dragones que protegen Beldar, Dracaris desempeña un papel vital en la preservación del equilibrio natural. Su vuelo a través de los cielos ardientes es un espectáculo impresionante, y su fuego danzante es tanto una bendición como una advertencia para aquellos que buscan entender los secretos de la llama eterna.

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